domingo, 20 de mayo de 2007

VÍAS ABIERTAS (en discontinuidad)



Diferentes puntos que he ido recogiendo desde que elegí la opción de la historiografía que mezcla imágenes de diferente estatuto que sobretodo ponen en tensión la cuestión de la imagen documental y la imagen de ficción.
(Inténtese buscar los puntos en común. No se intente buscar una ordenación lógica).

PUNTO 1
Mary Ann Doane[1] en su estudio sobre el tiempo en el (¿mal?) llamado cine primitivo pone de relieve el éxito del género de las actualidades y dentro de él del subgenero de las ejecuciones. Mientras las actualidades se filmaban en directo y en “tiempo real” las ejecuciones (que también querían ser actualidades) eran de hecho reconstrucciones de éstas (a excepción hecha de Ejecución de un elefante de 1903). En algunas de estas películas sobre ejecuciones se mezclaban incluso los dos tiempos: el histórico y el de la reconstrucción. Es el caso por ejemplo de Ejecución de Czolgosz (un anarquista que asesinó al presidente McKinley) en que el equipo de Edison no obtuvo permiso para filmar ejecución y la reconstruyó añadiendo al principio imágenes reales de la prisión tomadas desde fuera aquel mismo día. Pero según Miriam Hansen[2] las distinciones entre formas documentales y narrativas eran eclipsadas por la fascinación y el sadismo de los films. Diríamos que el tema importaba más que el origen (quedémonos con el concepto de origen que surgirá repetidas veces). Pero ya en 1911, un escritor de la revista Moving Picture World diría “El cine no puede estar hecho para mentir, es una máquina que simplemente graba lo que está pasando” [3].

PUNTO 2
Las imágenes no son mentirosas en si (pese a cierto tópico actual que afirma lo contrario). No son mentirosas y sin embargo mienten.
Hace unas semanas afirmaba reseñando una película de Guerín que las imágenes no sabrían ser falsas, que era una cuestión de origen (dejemos las de síntesis por ahora). Tal afirmación me ha supuesto semanas de debate interior. Veamos pues que sacamos en claro añadiendo algún matiz.
El problema es el valor que se les otorga en un acto de fe, una confianza basada en una lectura erronea. Pero si hay algún camino a lo real (aunque sólo sea al sentir su existencia en su insistencia) uno de ellos es el de la verdad fotográfica que pasa por el índice de Peirce, por el “esto-ha-sido” barthesiano. Su valor como índice es su principal virtud pero a la vez su mayor peligro porque es fácil olvidar que el índice está vacío de contenido, es un negativo que marca que ahí y en ese momento hay algo, poca cosa más. Luego las imágenes pueden mentir cuando así se utilizan pero en ese caso diríamos que quien miente es el que mantiene el discurso. Sería como acusar a todas las palabras de mentirosas y no al que así se las apropia para mentir.
El lector suspicaz sin duda estará dudando ya de la verdad de la palabra recordando aquella formula en Nietzsche de la metáfora que se ha olvidado que lo es[4]. Porque este es el punto crucial de la cuestión. No podemos olvidar que tanto las palabras como las imágenes no son esas herramientas inofensivas que nos dan lo real. Nos dan signos, un esto que reenvía (¿re? La cuestión del re- etimológico me tiene fascinado) a un aquello. Incluso un índice, una huella en la arena es un esto que re-envía a aquello, pero no sabría ser aquello ya que, sólo para empezar, es su negativo, su forma contraria.
Se puede acusar a las imágenes fotográficas o cinematográficas de falsas por su pretensión indexical. Pero cabe preguntarse si esta pretensión es auto-otorgada (las imágenes se otorgan esa vía directa y objetiva a lo real) o si es una pretensión proyectada por el, llamémosle, lector (el que mira la imagen que sabe documental le otorga esa vía directa y objetiva a lo real). Si nos decantamos por la segunda opción (mi elección, pese a que siempre he sospechado una vida autónoma de las imágenes) que parecería la correcta se desprenden en seguida diversas consecuencias.
La primera es la necesidad de una educación de la mirada que pasaría por reflexionar sobre la cuestión del origen pero sobretodo del ¿quién dice?. A partir de esto, se podría justificar una reutilización de imágenes de diferentes estatutos para crear un discurso coherente. La tensión entre imagen documental y de ficción, aunque existiendo, se reajustaría de forma que se considerara una distinción y no una oposición. Teniendo en cuenta además que la imagen de ficción es una grabación de unos actores en el mundo histórico (documento del cuerpo de los actores u objetos) y que en cierta manera el mundo histórico tiene sus actores y que no dejamos de ponernos en escena de una forma u otra dependiendo de las situaciones, como veremos en el análisis del concepto de historia en Alan Berliner y sus documentales a partir imágenes de archivo.

PUNTO 3
Alan Berliner, en su documental The family album intenta hacer un retrato de la familia americana a través de lo accesorio, de los momentos singulares de la vida cuotidiana que algunas de ellas dejaron grabadas en 16mm. Empezando por el nacimiento y llegando hasta la muerte Berliner reúne en un montaje de una hora las grabaciones domésticas de familias de diferente lugar, clase o étnia.
Como dice Berliner en su página web (visita recomendada en http://www.alanberliner.com/) si sólo fuera por los videos domésticos parecería que las familias tan solo han sido felices. El realizador norteamericano utiliza para hacer hablar de forma correcta esas imágenes (esto es, como el quiere que hablen) el contrapunto de los archivos de audio: contestadores automáticos, grabaciones mientras se miraban las películas, cintas con juegos de niños cantando, por citar algunas formas. Lo más interesente es la combinación de las imágenes y los audios de archivo. No siempre se oye lo que estamos viendo y si así es nunca es sincrónico. Este desajuste lleva incluso al realizador a utilizar una cinta anónima que compro en un rastro de un garaje. Se puede afirmar por lo tanto que el audio y video en esta película no son redundantes, al contrario, son incluso contradictorios y de su diálogo surge un nuevo discurso que refleja las crisis familiares que esconden (que obvian) las imágenes de video doméstico.
Sería importante entonces que en nuestra reflexión tengamos en cuenta las posibilidades de la banda de audio en la reutilización y reciclaje de imágenes de archivo.

PUNTO 4
Investigaciones de Berliner para su film documental The family album.

ABOUT HOME MOVIES
1. 16mm film was invented in 1921.
2. 16mm film was marketed in 1923-24.
3. 8mm film was invented in 1932, but never marketed.
4. By 1949-51 only 15% of amateur cameras sold are 16mm.The rest are 8mm.
5. 1923-40 represents the heyday of 16mm film.
6. 1941-1946 16mm filmstock is rationed (war needs).
7. 1943-1945 16mm filmstock not available (war only).


PUNTO 5
En Cultura y Simulacro de Jean Baudrillard[5]:
“Del mismo modo, siempre bajo el pretexto de salvar el original, se ha prohibido visitar las grutas de Lascaux, pero se ha contruido una replica exacta a 500 metros del lugar para que todos puedan verlas (se hecha un vistazo por la mirilla a la gruta auténtica y después se visita la reproducción). Es posible que incluso el recuerdo mismo de las grutas originales se difumine en el espíritu de las generaciones futuras, pero no existe ya desde ahora diferencia alguna, el desdoblamiento basta para reducir a ambas al ámbito de lo artificial”.

PUNTO 6
Hace unas semanas, mirando un documental emitido en TV3 sobre la falange española se utilizaron indistintamente y conjuntamente imágenes de archivo documentales con imágenes de ficción cinematográfica. Un ejemplo: para ilustrar la guerra civil española se utilizó la película Paisà de Roberto Rossellini que retrata la vida de los partisanos en el norte de Italia durante la segunda guerra mundial.
Parece ser que uno de los denominadores comunes es el de la ilustración del hecho histórico: la voz llevaría el peso del discurso y las imágenes en cierta forma accesorias sirven para que podamos ver “algo que se parece” a lo que se dice.


[1] DOANE, M.A; The emergence of cinematic time: modernity, contingency, the archive. Cambridge,Massachussets: Harvard university press, 2002.
[2] Citada en Doane, M.A.
[3] Citado en Fielding, citado en Doane.
[4] NIETZSCHE, F; Sobre la verdad y la mentira en sentido extramoral.
[5] BAUDRILLARD, J; Cutura y simulacro. Barcelona : Edit. Kairós, 1978.

SOBRE DOS POSIBLES (versión 3.0)

El texto que sigue quizás vaya a molestar al lector que haya seguido minimamente mi blog (mínimo a su vez). Es curioso que diga esto aquí (antes de escribir el “texto que sigue”) asumiendo ya cual va ha ser pero sin conocerlo todavía. Quizás la mejor opción sería esperar a tener acabado ese texto y luego escribir estas líneas colocando el cursor al principio del folio. Quién sabe, puede que ya lo haya hecho y esto haya sido escrito al acabar.

No he sabido tener un blog. Tan solo he escrito dos entradas (con ésta tres). Cierto que están muy desarrolladas pero es que la segunda entrada (el segundo de los posibles) no habla ni del tema que voy a tratar en el trabajo. Digo entonces que el lector puede sentirse engañado porque un blog que iba a (tenía que) ser un diario de investigación ha acabado siendo el lugar donde he escrito digresiones que poco tenían que ver con la propia investigación.
¿Por qué lo he hecho entonces? Han sido ensayos. Me he probado a mí mismo así como el tema en el curso de la escritura. He intentado ver lo que podían dar de si y el segundo ha caído. La pregunta es si era necesario desarrollarlos tanto y en el caso de que se responda afirmativamente, puede objetarse todavía el hecho de la escasez de entradas: esta bien que se ensayen los temas, pero un diario de investigación no puede quedarse en el paso antes de la propia investigación, no puede basarse en el antes-de-la-elección.
De todas formas he ido siguiendo los blogs de mis compañeros y he entendido mis dos errores. El primero es tan solo mío: quizás el blog como diario de investigación deba promocionar las entradas cortas de vías abiertas de reflexión dejando el desarrollo para el propio trabajo. El segundo error lo comparto con mis compañeros, pues creo que el formato permite el debate, las ideas cruzadas, ya sea a través de comentarios a los artículos o bien citando y debatiendo desde la página de cada uno.

Comentada mi idea sobre lo que tenía que haber sido esto decir que mi elección (que data de hace ya días) ha sido la del primero de los posibles. Hago así una vuelta al principio (al texto que hablaba sobre el principio): me propongo investigar una historiografía audiovisual que combina imágenes documentales y de ficción, basando mi estudio sobretodo en la primera mitad del siglo XX.